Las hierbas aromáticas son esenciales en toda cocina mediterránea que se preste. Y para esto, lo mejor es cuidarlas en casa. Tendrás condimentos frescos mucho más sabrosos.
Recuerdo de pequeña que mi madre me enviaba al campo a recoger romero o tomillo para sus guisos. Pero es una excepción, por el entorno privilegiado en que vivía.
Lo más normal es comprar hierbas aromáticas secas. Hay infinidad de variedades en los lineales. Aunque no tienen el mismo sabor que las frescas. Por fortuna, cada vez más se encuentran ramilletes frescos en las neveras o incluso, congeladas. Para mí, es mejor opción que las secas.
De todos modos, quizás por mi infancia, prefiero recogerlas directamente de la mata. Por lo que en casa tengo mis plantas aromáticas en maceta.
Con pocos cuidados, tendrás las que más te gusten para recogerlas cuando las necesites.
Perejil
Quizás uno de los condimentos más utilizados en nuestra cocina sea el perejil. Existen dos clases: el rizado (o francés) para decorar y el plano para dar sabor. Se cultiva todo el año, pero su vida útil es de dos años; hasta que florece. Pero si lo cortas cuando espigue, podrás mantenerlo un tiempo más.
Necesita agua cada dos días (aproximadamente) y estar sombreado.
Aporta sabor, color y frescura en los platos. Se usa tanto en carnes como en pescados o verduras. También es un ingrediente en las salsas blancas o vinagretas.
No lo confundas con el cilantro, que también puedes tener en casa.
Romero
Otro clásico para usar todo el año es el romero. Arbusto perenne, lo que quiere decir que lo tendrás disponible todo el año.
No necesita mucha agua, por lo que sus cuidados son muy simples. Corta siempre los tallos secos. Usa los verdes.
Culinariamente, es apreciado por su sabor intenso y un poco amargo al final de la boca. Se utiliza para sazonar carnes, salsas y especies compuestas (como el bouquet). Es mejor no abusar de ella, porque impregna mucho su sabor. Para ingerir, solo se usan las hojas, porque el tronco es muy leñoso.
Tomillo
El tomillo es otra hierba aromática que gozarás los doce meses. Y en primavera, cuando florezca, podrás usar sus flores, también como condimento.
Aunque soporta bien la sequía, es mejor regarlo (no mucho) y dejarlo en un lugar entre sol y sombra. Te lo agradecerá. Si está en pleno sol, en verano tendrás que regarlo más regularmente.
En la cocina, podrás condimentar carnes y caldos (sin abusar, porque es de sabor muy intenso y en bouquet-garni.
Menta
La menta se cultiva todo el año gracias a la regeneración a través sus rizomas. Aunque su mayor esplendor es en primavera y verano.
Un todoterreno. Necesita agua frecuentemente. Sin encharcar. Corta las hojas secas y cuando florezca.
De sabor refrescante y dulce, sus usos gastronómicos son en salsas, cremas de frutas frescas o ensaladas, aportando un toque especial.
Albahaca
Otra de las plantas aromáticas fácil de cuidar es la albahaca, pero su recolección es temporal; durante el buen tiempo.
Necesita sol y riego abundante. Podrías tenerla durante todo el año si en los meses de frío la pusieras en el interior. Lo he hecho alguna vez y me ha funcionado.
Para usarla todo el año, podrás secarla al sol o congelar sus hojas. De sabor acre, se emplea en platos de quesos, carnes, huevos, pescados y pasta.
Orégano
El clásico condimento de las pizzas o la ensalada de tomate y queso. ¡Qué decir de ella!
De esta especie se emplea la parte más tierna del tallo con las flores. Los cortas y déjalos secar (hojas y flores) en un lugar fresco y seco. Una vez estén secos, los frotas y los guardas en un tarro hermético.
Los cuidados de esta mata perenne son simples. Riego más o menos constante. Ubícala entre sol y sombra.
Entonces prepárala en huevos poché, conejo en escabeche o cualquier carne.
Existen muchas más hierbas para cocinar. Si tienes una buena terraza o jardín puedes incrementarlas con laurel (árbol), mejorana o ajedrea, entre muchas otras.
La mejor época para comprar todas estas variedades es la primavera. Porque con el buen tiempo la vegetación (en general) vigoriza después del letargo del invierno.
Si las cultivas en maceta, que es lo más normal del mundo, además del riego tendrás que vigilarlas para que no las ataquen ni los insectos ni los hongos. Los más comunes son la roya, los pulgones, el oidio, la mosca blanca o las chinchillas. Entonces usa productos específicos.
Pero no desesperes. Todo es empezar. Y el premio es un mejor sabor a tus platos. Solo por esto ya vale la pena.