El origen del nombre tortilla a la francesa es muy dispar. Hay algunos que lo sitúan en la ciudad de Cádiz sitiada por las tropas francesas. Otros, de origen cartujano.
Pero aun es más incierto el origen de la tortilla. Se cree que ya en la prehistoria se hacían huevos batidos. Pero las recetas más antiguas que se conocen se encuentran en el recetario De re coquinaria. Se hacía con huevos batidos, leche y miel. Hoy son huevos batidos, sal, aceite. Y lo más importante, bien volteada.
Cuando era pequeña, mi abuela me decía que se conocía un buen cocinero por como preparaba una tortilla a la francesa.
Cierto o no, me quedo con la de mi madre, que a su vez aprendió del libro Cocinar es fácil, de la cocinera Montserrat Seguí.
¿Cómo la preparo?
- Bato poco los huevos con tenedor y una pizca de sal. De esta forma queda más gelatinosa. De lo contrario, las fibras del huevo se romperían y la tortilla quedaría líquida por dentro.
- Con la sartén, a fuego medio, añado unas gotas de aceite y lo esparzo por toda la base. Después incorporo los huevos. En tu caso verás que en seguida se cuaja por los extremos. Si la sartén estuviera muy caliente, los huevos se arrebatarían. Es decir se cocerían demasiado de golpe.
- Remuevo ligeramente la mezcla con una espátula fina de madera y espero hasta que se cuaje un poco la pasta.
- Es entonces que la volteo muy rápidamente y la retiro del fuego.
- Dejo reposarla un momento y a comer.
Así el color de la tortilla es amarillo suave. Da la sensación que está cruda. Pero la realidad es que por dentro está tierna.
Evidentemente que cada maestrillo tiene su librillo para cocinar esta exquisitez. Y además, cada uno tiene sus preferencias de puntos de cocción. Pero ten siempre en cuenta de dejarla unos momentos en la sartén.
A partir de esta base, los rellenos son infinitos. Con pisto, espárragos, butifarra y ajo (de las que más me gustan) y un largo etcétera.
Con una copa de vino blanco, tu cena será fantástica.
