Cómo preparar un dulce de membrillo perfecto

El dulce de membrillo es un postre relativamente fácil de preparar siempre que se use un robot de cocina. 

Recuerdo de pequeña el olor del fruto del membrillo. Y era porque mi abuela los había recogido del árbol. Pasado unos días los elaboraba. Generalmente preparaba dulce de membrillo. Se pasaba horas en la cocina. ¿Por qué? Porque lo hacía a fuego lento y sin parar de remover. Y si había docenas de ellos, era lo más normal.

Por fortuna los tiempos han cambiado. Con un robot de cocina que se precie, es mucho más sencillo y nada tedioso. Eso sí, los pasos previos no te los quita nadie.

Y siguiendo la receta de mi abuela…¿qué es lo que necesitarás?

Pues el fruto del membrillo, azúcar y limón.

Las proporciones son simples: por cada kilo de fruta, 700/800 gr de azúcar y un limón. Si tienes más o menos, pues deberás hacer una regla de tres. Ten en cuenta que el vaso del robot podrás preparar de una atacada 1 kg máximo de membrillo. Si tienes más, deberás partirlo en distintas fases.

De cachivaches: una olla para hervir, un pelador, un cuchillo y el fantástico robot.

Elaboración:

  1. Enjuaga los membrillos y los metes en una olla cubiertos de agua. Los dejas cocer durante 15 minutos. Se hace así, porque si no es casi imposible pelarlos. Su carne es durísima.
  2. Los dejas enfriar y los mondas (pelas en lenguaje culinario).
  3. Córtalos a cuartos, sacando las semillas. Es igual que una pera o una manzana.
  4. Pesa la carne y agrega entre el 70 y 80% del peso de azúcar y los gajos del limón sin piel ni pepitas.
  5. Lo metes en el vaso del robot con la cuchilla de acero. Programa 60 minutos a 105ºC a velocidad media (dependerá de la cantidad), con el tapón puesto (porque salpica).
  6. Pasado este tiempo verifica que la mermelada está espesa y adquiere un color cobre oscuro. Sino, programa unos 10/15 minutos más y listos.
  7. Una vez cocido, programa a velocidad máxima unos segundos para acabar de triturar la carne.
  8. Seguidamente lo viertes en un molde rectangular y los dejas enfriar a temperatura ambiente. Y si es redondo, no pasa nada.
  9. Una vez enfriado, lo desmoldas y cubres con un papel film y a la nevera.
  10. También puedes cortarlo a porciones y congelarlo. De esta manera tendrás dulce de membrillo durante todo el año. Si no, perecerá antes. Y no quiero que tengas un dolor de barriga.

Mi padre, además, del agua de hervir los membrillos elaboraba una jalea. La proporción es un vaso de líquido por uno de azúcar. Lo llevaba a ebullición hasta que se redujera a la mitad. Pero esto ya es complicarse un poco más la vida.

Y ahora te preguntarás qué haces con él.

Pues fácil. Te propongo algunas sugerencias:

  1. Lo acompañas con queso fresco o manchego y tendrás un postre fantástico.
  2. Cortado fino sobre unas tostadas, un desayuno excelente.
  3. En el relleno de carne guisada es una buena opción para combinar dulce y salado en el plato principal.
  4. Y ¿por qué no? Una loncha tal cual…
  5. Y si te animas con la jalea… una vinagreta agridulce para una ensalada de invierno. 

Finalmente, si lo quieres preparar a la vieja usanza, ármate de valor, porque tendrás que removerlo continuamente para que no se pegue. Además de cortarlo a gajos pequeños…

Espero que lo disfrutes.