Está claro que celebrar una boda en casa es una opción original y encantadora. Si tienes entre 20 y 40 invitados o, incluso, hasta 200 si vives en el campo, como yo, puedes organizar una boda memorable.
Uno de los elementos más importantes de cualquier boda es, sin duda, el banquete. La comida y la bebida no solo deben satisfacer a los invitados, sino también reflejar el estilo y la personalidad de los novios. Organizarla en casa ofrece una flexibilidad única, pero también presenta ciertos desafíos que pueden superarse con una planificación adecuada. Basándome en mis propias experiencias, aquí te ofrezco una guía detallada para asegurarte de que tu banquete sea todo un éxito.
Me he casado dos veces y, ambos, los he diseñado y celebrado en casa. Por lo que tengo un poco de experiencia en organizar mis propias bodas.
Para ponerte en contexto. Mi primer bodorrio informal por todo lo alto fue en el jardín una noche de verano con 130 invitados con mesas, camareros y demás. El segundo, de día, una íntima celebración otoñal con 45 invitados en el comedor interior.
Reconozco que tuve un poco de estrés pero tampoco demasiado exagerado.
Así que aquí te dejo unas pautas y unos consejos basados en mi experiencia para celebrar la boda en tu propia casa.
Define un presupuesto
Antes de planificar el más mínimo detalle es importante establecer el presupuesto. Para darte un ejemplo, en mi primera boda (hace más de 20 años) nos gastamos unos 6.000 €. En cambio, en la segunda, mucho más íntima y sencilla, alrededor de 700 €.
Sabía lo que podía gastarme en cada caso. Así que si tú lo tienes definido te ayudará a tomar decisiones más acertadas en cuanto a invitados, decoración, comida y servicios adicionales.
Elige el espacio adecuado
Yo tenía claro dónde las celebraría en ambos casos.
El jardín es ideal para días soleados y temperatura agradable ya que te evita desordenar el interior de tu casa. Además puedes invitar a más personas.
En mi caso, decoramos el patio interior con guirnaldas y luces. El jardín se llenó de plantas vistosas florecidas, regalo de mi hermana. Colocamos antorchas que nos servían para decorar, iluminar y ahuyentar los mosquitos. Todos estos elementos crearon un ambiente mágico.
Si optas por espacio interior, asegúrate que sea lo suficientemente espacioso para acomodar a tus invitados confortablemente.
Y así festejé mi segunda boda. En una mesa larga con toda la familia.
Define el estilo de tu boda
Decide si la quieres formal o informal.
En mi primera boda, aunque fue en casa, tenía un toque más formal; camareros y decoración elaborada. Optamos con mesas sin sitting organizado, permitiendo a los invitados sentarse donde quisieran. Hubo combinaciones sorprendentes entre gente joven y gente mayor dando lugar a momentos graciosos.
En la segunda boda, totalmente informal, el ambiente fue mucho más íntimo y familiar, con una decoración sencilla y un ambiente acogedor. Excepto nosotros que nos pusieron en medio de la larga mesa, los demás se sentaron donde quisieron.
Organización del mobiliario y decoración
Sí, para poder celebrar el festín necesitas de un mínimo; no puedes sentar a las personas en el suelo o comer con palillos, por ejemplo.
Así que asegúrate de tener, si es más formal, mesas y sillas para tus invitados. Si es informal, que se sientan cómodos.
En mi primer evento alquilamos el mobiliario necesario. Decoramos las mesas con velas compradas y pedimos a una floristería que nos preparara unos centros preciosos. Todo esto creó un ambiente encantador.
Considera, también, alquilar menaje de mesa si no tienes suficiente en casa. Cosa que hice la primera vez, pero no la segunda.
En el último enlace saqué la mantelería, cristalería, cubertería y la vajilla de mi madre, lo que añadió un toque personal y nostálgico.
Compramos 4 centros de mesa pequeños en tonos blancos hechos de flores de tela. Con la mesa más limpia de elementos nos permitía poner las fuentes de comida con más comodidad. Algo que siempre tengo en cuenta cuando pongo la mesa para nuestros invitados.
Servicio de comida y bebida
En función del tipo de boda, espacio, invitados y presupuesto disponible decide cómo quieres servir la comida.
En mi primera ceremonia tenía claro que la comida sería a base de finger foods y aperitivos.
Compramos en la charcutería de mi tía, Ana Subirats, los embutidos y un jamón ibérico. Además, melones, para refrescar la cena. En una pastelería encargué los aperitivos. Además me proporcionaron los camareros, la vajilla, la mantelería y la cristalería. Nos pidieron un espacio cerrado cerca del patio como cuarto de preparativos.
Cada camarero atendía a 25 invitados. Les servían las copas y repartían las fuentes con la comida. El único momento que los invitados debían levantarse era para buscar un plato de jamón recién cortado.
De postre, unos pastelillos individuales elaborados por mi cuñada pastelera. Los camareros los sirvieron a los invitados. Cortamos un pastelillo, simbólicamente.
De bebida ofrecimos agua, sodas y cava. Nada más.
Para finalizar, mi sobrino nos regaló una sesión de DJ. En una mesa auxiliar había las bebidas para que cada invitado se preparara el combinado que quisiera.
Esa noche ni comí ni me senté en ningún momento. Suerte que mis zapatos eran comodísimos.
En mi segunda boda, nuestra idea inicial era reservar en uno de nuestros restaurantes favoritos, Garbí, para comer. Por lo que sería una boda convencional. Pero no tenían suficiente espacio para todos. Por lo que nos decantamos por un plan B. Que era celebrarlo en casa.
Así que pedimos al restaurante si nos podría preparar la comida. Lo aceptaron. Simplemente teníamos que recogerla e ir a casa. Uno de mis hermanos se encargó.
Para evitar servir la comida fría o demasiado cocinada por calentarla antes de comer, encargamos unos entrantes fríos individuales, sin pan (para que no se humedeciera). O sea, un aperitivo de toda la vida. Para el segundo, optamos por pollo al horno y frincandó de ternera. Carles, el cocinero y propietario del Garbí, los guisa de maravilla. Ambas recetas tienen la ventaja que pueden calentarse en casa sin perder sus propiedades organolépticas.
Los primeros se distribuyeron en fuentes a lo largo de la mesa. Cada uno escogía lo que quería. Las cacerolas del segundo plato estaban en una mesilla auxiliar y unos estupendos voluntarios, nuestros sobrinos, sirvieron a todo el mundo.
Para terminar, mi cuñada preparó dos biscuits, uno de gintonic y otro de menta, enseña de la casa Muntada. Ella misma los cortó y repartió en la misma mesa.
Para beber: agua, vino blanco para los aperitivos, tinto para el plato principal y cava para los postres. Regalo de Freixenet. Se colocaron en la mesa, por lo que cada uno se servía a su antojo sin interrupciones.
Por otro lado, si quieres preparar tú la comida, porque tienes pocos invitados, te recomendaría:
- Entrantes fríos. Puedes servirlos de forma individual o en fuentes. Hay numerosas ideas como espárragos, melón con jamón, tabla de embutidos y quesos con picos, ensaladas de pescado o verduras, mejillones al vapor servidos fríos con un poco de salsa americana o langostinos salados con salsa de mayonesa y mostaza.. Y porqué no, sushi o ceviches.
- Plato principal caliente: cualquier carne guisada. No me decantaría por el pescado porque tienes que tener maña para servirlo en el momento justo.
- De postre: el clásico, o no, pastel de bodas. Eso sí, que te quepa en la nevera. Una ensalada de frutas da un toque original y sano a tu boda.
Y para terminar y no menos importante.
Aparcamiento
Considera habilitar un espacio para el aparcamiento de tus invitados. En casa, no tengo problemas. Pero es importante que los invitados tengan fácil acceso y sepan dónde pueden aparcar sin problemas. En este caso te diría que fueras a la policía municipal de tu municipio y te informaras. En todos los ayuntamientos tienen una ordenanza de ocupación de la vía pública.
Para terminar, organizar una boda en casa, requiere planificación, pero no necesariamente estresante. Si la organizas desde 0, ten en cuenta que necesitarás entre dos y tres meses para todos los preparativos. De esta manera no te sobrepasarás ni olvidarás nada. Este es mi consejo. Pero la segunda la organizamos en 15 días. La ventaja es que éramos la familia directa de ambas partes.
De todos modos, la clave está en disfrutar del proceso y crear un evento único y personal. Puedes tener el control de cada detalle y así aportar tu estilo y personalidad. Por lo que termina siendo un evento familiar y acogedor.
Con esta experiencia en mis espaldas, te recomendaría, si tienes recursos y espacio, contratar un servicio de cátering completo. Se encargan de todos los contingentes necesarios como personal, el menaje de las mesas y diseño del menú. Simplemente escoge una de todas las opciones que te ofrezcan. De tu parte deberás facilitarles un espacio para el servicio. Puede ser un rincón del jardín, la cocina…
Así que recuerda:
- Define un presupuesto claro
- Elige el espacio adecuado según la estación e invitados
- Busca el estilo de banquete que más te defina y que logísticamente sea viable.
- Diseña el menú más adaptable según el tamaño y estilo de celebración.
- Decora el espacio que refleje tu personalidad y ambiente.
Con una organización cuidadosa y poner énfasis en cada detalle, tu celebración será una de las experiencias más memorables, originales y gratificantes para tus invitados y para ti.
Disfruta del proceso y celebra del día más especial de tu vida.